Ayuda idónea viviendo contracultura

Ayuda Idónea, dos palabras que ha retumbado en los últimos días en mi mente. Doy gracias a Dios y a los recursos que provee el libro Creada Para Ser Su Ayuda Idónea– de Debi Pearl, este libro me sirve para recordar su preciosa palabra y tener presente a lo que el Señor nos ha llamado. Muchas de nosotras en algún momento nos hemos visto luchando con las ideologías que han ido influenciando sutilmente a nuestra sociedad, iglesias y tristemente en muchas áreas de nuestras vidas, incluyendo nuestros propios hogares.

En la actualidad, vemos como el feminismo y la mujer empoderada se ha robado todos los titulares de la sociedad, colocando a las mujeres en un papel superior al hombre, una mujer que no tiene autonegación, falta sujeción, no ser liderada si no liderar, no quiere depender económicamente de su marido pensando así en su independencia y  auto realización, sin importar el gran precio que tenga que pagar, que es salir de su hogar dejando en manos de terceros toda la administración del mismo y la educación de sus hijos, es decir, abandona y se desliga de cierta forma de los suyos. 

Con la Palabra del Señor en mi mano recuerdo que no soy mayor o inferior a mi conyugue, hemos sido diseñadas para estar a su lado y ser su ayuda, ya que el Señor nos creó con características únicas e irrepetibles para cumplir funciones diferentes, no superiores a las de ellos, sino complementarias. Por otro lado, las mujeres cristianas debemos saber cuál es la verdadera forma de asumir el llamado de ser esposas o ayudas idóneas, debemos ir a la palabra y meditar que podemos llegar a ser mujeres sabias que edifica su hogar (sujetas a
la forma de Dios) o mujeres necias que con sus manos lo destruye (ideologías antibíblicas destructoras que vende el mundo) Proverbios 14:1.

Es por ello, que nuestros pensamientos deben ser afirmados en la palabra de Dios, de esto nos habla Proverbios 16, debemos recordar que nuestros esposos son nuestra cabeza y debemos sujetarnos a ellos en amor, como en 1 corintios 11:8-9, el cual trajo mucha luz en esto de ser ayuda idónea, dice: «Porque el varón no procede de la mujer si no la mujer del varón y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer si no la mujer por causa del varón», fuimos creadas para hacer ayuda idónea, somos una cosa buena en la vida de nuestros esposos, como
dice la autora debemos tener un corazón alegre, tener un espíritu agradecido, llenas de respeto demostrado hacia ellos, lograr ganar terreno favorablemente en su corazón y hacer que su gran trabajo de ser sacerdotes y lideres del hogar, sea más llevadero. Sin embargo, estas cosas nos cuesta aún por nuestra naturaleza caída, es por ello que debemos ir al trono de la Gracia y meditar en la Palabra de como nosotras debemos honrar, amar y respetar a nuestros maridos (Tito 2:4).

Gloria al Señor que podemos aprender cómo hacerlo y también adquirir sabiduría de lo alto, la cual nos es dada abundantemente y sin reproche (Santiago 1:5). En un mundo donde lo que te imprimen es luchar por tus sueños, buscar tu felicidad, abrazar tu egoísmo y viviendo así según a tus deseos pecaminosos (apartan del verdadero diseño). La verdadera felicidad de una hija de Dios es hacer la voluntad de su Padre, estar bajo su cuidado, es allí donde realmente podrás estar llena de gozo, gratitud y amor. Es primordial que crezca ese ejercicio de ser esa mujer prudente, discreta, bondadosa, generosa, auxiliadora y consejera, que tu esposo sea el más grande beneficiado, en pocas palabras, ser una mujer contracultural, y así poder ser llamadas a través de los años esas ancianas que ayudan a las más jóvenes a ser ayudas idóneas.

 Sindy Sánchez

 

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