arte

<< Pero ahora comenzamos a comprender que el arte no se puede abordar por un camino tan macadamizado. Es del espíritu, y en los caminos del espíritu debemos hacer nuestro intento. >>
Charlotte Mason, Vol. 6, pág 214

Hay que desarrollar la apreciación por el arte

Nosotros escuchamos de un niño pequeño con sus padres en la Galería Nacional; el niño, que se había ido por su propia cuenta, volvió corriendo con la noticia: -«Oh, mamá, hay uno de nuestros cuadros de John Constable en esa pared». De esta manera los niños se familiarizan con cien, o cientos, de grandes artistas durante su vida escolar y es una intimidad que nunca los abandona. Un grupo de niños va a Londres a una excursión. «¿Dónde te gustaría ir?» «Oh, mamá, a la Galería Nacional para ver los Rembrandt». Los jóvenes van a tomar el té a una habitación que les resulta desconocida y se muestran encantados al reconocer dos o tres reproducciones de los cuadros de De Hooch. Vol. 6, pág 215

Se notará que el trabajo realizado sobre estas imágenes lo hacen los propios niños. No se habla de escuelas de pintura, poco de estilo; la consideración de estos asuntos llega más tarde en la vida, pero lo primero y más importante es conocer las imágenes mismas. Así como en un libro digno dejamos que el autor cuente su propia historia, también confiamos en que una imagen cuente su historia a través del medio que le dio el artista. En la región del arte como en cualquier otra parte, dejamos fuera al intermediario. Vol. 6, pág 216

 

Estudio de Arte

Vol.6, pág 214

Reconocemos que el poder de apreciar el arte y de producir hasta cierto punto una interpretación de lo que uno ve es tan universal como la inteligencia, la imaginación, más aún, el habla, el poder de producir palabras.

Luego se da la vuelta al dibujo y los niños cuentan lo que han visto: un perro conduciendo un rebaño de ovejas por un camino, pero nadie con el perro. Ah, hay un niño acostado bebiendo junto al arroyo. Es de mañana, como puede ver por la luz, las ovejas están siendo conducidas a pastar, y así sucesivamente; no falta nada, el arado desechado, el abedul torcido, las nubes de hermosa forma y amenazando lluvia, alcanza para media hora de charla y de memoria en esta pequeña reproducción de un gran cuadro y los niños lo sabrán donde lo vean , ya sea una copia impresa, una reproducción al óleo o el propio original en una de nuestras galerías. 

Pero debe haber conocimiento y, en primer lugar, no el conocimiento técnico de cómo producir, sino algún conocimiento reverente de lo que se ha producido; es decir, los niños deben aprender las imágenes, línea por línea, grupo por grupo, leyendo, no libros, sino las imágenes mismas.

Un amable vendedor de cuadros nos proporciona media docena de pequeñas y hermosas reproducciones de la obra de un solo artista, término por término. 

Después de una breve historia de la vida del artista y algunas palabras de simpatía sobre sus árboles o sus cielos, sus ríos o sus figuras, los pequeños cuadros se estudian uno a la vez; es decir, los niños aprenden, no sólo a ver una imagen, sino a mirarla, fijándose en cada detalle.

Volumen I Educación en el hogar

Por Marcela Madrazo

Los estudios de arte influyen en sus propios dibujos

Vol.6, pág 214

Grupo V y VI

Pedimos que “describan dibujando en sepia alguno de los atardeceres de  Corto”. Más allá del estudio general de un cuadro en cuestión, o de alguna sección del mismo, estos dibujos de cuadros no son para apreder a dibujar, (los cuadros no se deben copiar, pues al copiarlos corremos el riego de que el niño pierda su admiración por las grandes obras)

Los estudiantes ilustran las escenas favoritas y pasajes de los libros que se leen durante el cuatrimestre, y la pasión con la que realizan las ilustraciones, y los detalles preciso que incluyen, hacen que el profesor se dé cuenta de cuánto más han captado los niños en el pasaje leído que él mismo.
 
Su audacia al enfrentarse con cuestiones técnicas es muy reveladora. Tienen una inventiva sorprendente a la hora de dibujar grupos numerosos de personas, como un grupo de gente oyendo el discurso de Marco Antonio, o recibiendo al Príncipe de Gales en la India, de hecho, cada vez que se necesita representar una multitud, lo hacen como lo haría un artista, mostrando muchas cabezas. Como esos niños de la escuela nienesa de arte, también nuestros estudiantes utilizan todo el papel, ya sea dibujando un paisaje o una habitación en detalle. Te dibujan caballos saltando arroyos, perros persiguiendo a gatos, ovejas en el camino, siempre con una sensación de movimiento. 

Es evidente que los niños estudian las figuras que ven con gran detenimiento, y te darán a un jardinero afilando su guadaña, a una madre cosiendo, un hombre remando o conduciendo o cortando la hierba. Sus sillas se sostienen sobre cuatro patas, y sus figuras sobre dos pies de un modo sorprendente, y siempre están al tanto para corregir los detalles en cuanto los detectan. Tienen un sentido intrépido y encantador del color, y cualquiera de ellos convencerá de que tiene talento para llegar a ser un artista. Los estudios de campo les aportan profundidad en el paisaje. La primera florecilla, un botón de oro, por ejemplo, que dibuje un niño, será muy básica, el tipo de dibujo que escandalizaría a un profesor de acuarelas, pero con la práctica le saldrá otra flor, en una pose más delicada, con el brillo y la gloria de una flor real.

Hoy en día se enseña a dibujar tan bien que no necesitamos más que resaltar uno o dos puntos de nuestro trabajo como lo son el estudio directo de cuadros y las ilustraciones de los diarios de naturaleza. 
 
Hacemos lo posible para introducir a los niños a la arquitectura, y practicamos el modelado con arcilla y varias artes manuales, pero no hay nada especial que destacar en nuestro trabajo en estos terrenos. 
Volumen I Educación en el hogar

Por Priscila Díaz

<<En general, el dibujo se enseña tan bien ahora que no necesitamos hacer más que enfatizar uno o dos puntos especiales en nuestro trabajo, como el estudio definido de las imágenes y las ilustraciones del cuaderno de naturaleza. >>

Charlotte Mason, Vol.6, pág 217

Exponemos a los niños a la música de mejor calidad

La apreciación musical, que esta tan de moda en nuestros días, surgió en el PNEU hace unos 25 años. 

<< En aquel tiempo le ponía a mi niño pequeño todo lo que podía de la mejor música que yo conocía y disfrutaba, y la Sra. Mason se entero de lo que yo estaba haciendo.  Se dio cuenta de que la música puede proporcionar placer e interés en la vida de todos, y de que, así como los niños del PUS disfrutaban de la mejor literatura y arte, podrían recibir también la mejor música. Me pidió que escribiera un artículo para la «Revisión» sobre el resultado de mis observaciones, y que realizará también un programa de música para cada cuatrimestre que pudieran escuchar los niños. Desde aquel día, al principio de cada cuatrimestre hemos realizado un programa, e iniciamos un movimiento que ha tomado vuelo. 

La apreciación musical, por supuesto, no tiene nada que ver con tocar el piano. Se pensaba que “aprender música” significaba eso, y se daba por sentado que los niños que no tenían talento para tocar no eran “musicales” y que no disfrutarían de un concierto.

 

Pero la apreciación musical tiene menos que ver con tocar un instrumento que el actuar tiene que ver con la apreciación de la obra de Shakespeare, o pintar con la apreciación de arte. Creo que deberíamos exponer a todos los niños a la apreciación musical, y no solamente a los que tienen talento para la música, puesto que está probado que solo un 3% de los niños no tienen “oído musical”, y si se detecta a una edad temprana nos sorprenderá comprobar que estos niños que se supone no tenían oído, lo desarrollan y son capaces de disfrutar oyendo música con discernimiento.>> Sra. Howard Glover, Conferencia de Ambleside del Sindicato de Padres, 1922

Importancia de la música en la educación ​

Poesía​

<<Un punto que me gustaría traer ante el lector es el papel peculiar que juega la poesía al hacernos conscientes de este pensamiento de las épocas, incluida la nuestra. Cada época, tiene su aspecto poético, su quintaesencia, por así decirlo, y feliz el pueblo que tiene un Shakespeare, un Dante…>>  Vol.6, pág 274

Poesía en la educación, parte 1

Poesía en la educación, parte 2

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