«La declaración de las Escrituras, la promesa del Señor Jesucristo y el testimonio de la historia han testificado en favor de la perpetuidad de las iglesias neotestamentarias desde el comienzo del ministerio del Señor hasta nuestros días. Su iglesia no ha «desaparecido», Su iglesia no ha sido vencida por «las puertas del hades»; Su iglesia ha experimentado Su presencia durante estos veinte siglos. (…) Los nombres son incidentales; la doctrina y la práctica son esenciales.»
W.R. Downing