“La educación es la ciencia de las relaciones” es el principio que da sentido a los demás.

A través de la lectura de «In Vital Harmony,» pude entender de manera profunda lo que Karen Glass, su autora, denomina como “la idea capitán,” aquella que dirige. Esta surge del principio 12 de la pedagogía de Charlotte Mason que cita que la educación es la ciencia de las relaciones.

Hemos hablado en otras ocasiones de cómo se pretende que el niño desarrolle relaciones de asombro en primer lugar, pero también de amor y de interés, lejos de adquirir simples conceptos aislados de su persona. Para lograr esto, es importante que el niño entienda que todo el conocimiento está interconectado por medio de aquel que le dio vida a todo y lo sostiene todo, y que lo que le rodea tiene relevancia para su vida. Estas relaciones son: con Dios, la divinidad, con el ser humano, humanidades y con el mundo físico, las ciencias. Y hablando de relaciones, es imposible tenerlas con algo que no se concibe completamente, sino que está fragmentado. 

Uno no alcanza a conocer y amar algo o alguien que está en pedazos, más bien uno va recolectando una serie de experiencias y conocimientos que se añaden a lo ya existente y que estas a su vez tienen la capacidad de conectarse con el conocimiento que está por venir para darnos un panorama general y coherente.

A esto se le denomina “pensamiento poético” o “pensamiento sintético”. Este pensamiento nos permite integrar todo lo que aprendemos, entender lo que nos rodea y definitivamente deriva a un asombro por Dios y sus obras.

El pensamiento analítico es muy importante, claro, sin embargo, en estos tiempos está sobrevalorado. Debe existir un orden en el cual se use esta herramienta. Debemos dejar que los niños hagan relaciones profundas con el conocimiento por al menos 15 años, y luego, con una visión completa del panorama, ahora sí comenzar a fragmentar y analizar.

Partiendo de la idea capitán, podemos ahora sí citar que la educación es un ambiente, una disciplina y una vida, según el principio 5. Que el niño aprende de su entorno, sin necesidad de adaptar un espacio específico pues esto no aboga por un proceso natural. El niño absorbe de su ambiente el estilo de vida que mana de sus padres o primeros cuidadores, y aprende de ese entorno. La disciplina del hábito tiene que ver con el punto dos que cita que «los niños no nacen siendo buenos ni malos, sino con potencial para el bien y el mal.» Es importante mencionar de nuevo, que este punto no se refiere al estado de pecado con el que nacemos y la necesidad de un salvador, sino más bien, se enfoca en el entrenamiento de hábitos efectivos que fomenten un carácter virtuoso y que a su vez, al ser parte de sí le den carrera en la práctica de lo correcto en las distintas áreas de su vida. Si no se hace algo por enseñar hábitos, los hábitos negativos se implantarán por sí solos creando una relación de constante fricción entre padres e hijos y una vida más complicada para el que no fue entrenado en ellos. De ahí el potencial para una buena vida o una vida de tropiezos y dificultades. Por vida, y de acuerdo al principio educativo número 9, se entiende que la mente es un organismo espiritual que esta vivo y, de la misma manera que el cuerpo, necesita comida para estar nutrida y saludable. La mente necesita alimento nutritivo, variado y constante para permanecer viva y sana, siendo este alimento, ideas vivas de personas apasionadas por el tema que exponen y que se transmiten a través de libros en lenguaje literario, el cual tiene un impacto en el aprendizaje del niño. Los libros que el niño reciba para su educación deben ser los mejores, de excelente calidad literaria. Es importante en este aspecto que el educador no interfiera con sus propias relaciones, pues la mente del niño no es un mero saco a llenar, sino que les permita hacer sus propias relaciones. En el libro de “In vital Harmony” se cita que no hay nada mas práctico que una idea, pues esta tiene el poder de transformar nuestras acciones y, al final, esa es la función principal de la educación: que todo aquello que conocemos, forme en nosotros virtud y acción. Por lo mismo Charlotte Mason abogó por la calidad de las ideas que se exponen a los niños bajo el filtro de Filipenses 4:8, “ Todo lo verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.»

Todo este festín de conocimiento, puede encontrar un símil dentro de la misma comparación de que el conocimiento es a la mente como el alimento al cuerpo, equiparando la narración del mismo a la digestión y apropiación de los nutrientes adquiridos, pues no sólo requiere decir de nuevo lo que se aprendió, sino ordenar, secuenciar, analizar lo leído o escuchado para decirlo en nuestras propias palabras. Habiendo la mente empleado todos sus poderes de pensamiento para trabajar en ello, no hay simple memorización, sino asimilación, como Charlotte Mason lo menciona en su principio educativo 14.

Otro aspecto central (aunque de hecho el aspecto central de la filosofía educativa de Charlotte Mason radica en todos sus veinte principios) son los principios del 16 al 18 que hablan de la vía de la voluntad y la razón. La voluntad es esa fuerza de la cual Dios nos dotó para sortear nuestra propia naturaleza y tentaciones y decidir lo correcto. Es lo que nos hace diferentes de cualquier otra especie que actúa meramente por instinto, a separar el quiero del debo. La vía de la razón tiene como función aceptar o rechazar ideas. La vía de la razón NO es la guía de nuestra vida sino que esta al servicio de la voluntad, la cual debe ser nutrida con el estándar de Filipenses 4:8 arriba mencionado. Para ilustrar la vía de la razón, podemos citar muchos ejemplos en los cuales la lógica parece bastante razonable para cometer actos como genocidios, guerras y otras atrocidades que si bien, a la persona en cuestión pueden parecerle lo mejor, no se basan en principios sólidos sino en meras impresiones personales. La Única área donde la lógica es infalible es en ciencias exactas como las matemáticas. Por esto debemos enseñar al niño a no apoyarse en su propia prudencia y alimentar a la voluntad con las motivaciones correctas basadas en la verdad.

Y bueno, creo que lo que a continuación mencionaré debió ser aquello con lo que debí comenzar. El enunciado del primer punto de la pedagogía “ Los niños nacen siendo personas” es algo que puede parecer bastante obvio. Pero a profundidad y en contexto podemos ver que se ha filosofado demasiado acerca del significado de la vida humana y estas disertaciones han tenido distintas conclusiones. Precisamente los tiempos en los que Charlotte Mason vivió, fueron épocas del surgimiento de este apogeo de pensamiento científico, y que no se entienda esto como algo malo, la ciencia nos ha dado increíbles explicaciones de todo lo que nos rodea, nos ha permitido un mejor estilo de vida y una mayor comprensión del universo, simplemente hay que balancear y poner cada cosa en su lugar. Las teorías de Carlos Darwin, por ejemplo, han llevado a la sociedad a una deducción colectiva de que una persona; o bien no está completa al nacer, sino en proceso de evolución, o basados en la actual época posterior a la revolución industrial, pensar que el ser humano está en este mundo para alcanzar únicamente lo que se conoce como el éxito material, enfocándonos entonces en los fines utilitarios y productivos del ser humano como sus necesidades primarias y no pensando en él como un ser integral con espíritu y mente también, que trasciende este plano físico, está hecho a imagen y semejanza de Dios y que su vida tiene un propósito eterno. Esto trae un enfoque totalmente distinto en nuestro concepto de la persona, el respeto que se le da, y también en nuestra participación en la formación de su carácter. Entender que, como dice el principio tres, todos estamos sujetos a la ley de autoridad y obediencia y que a su vez nosotros como autoridad estamos sometidos a una autoridad más alta, llena el ejercicio de la enseñanza de solemnidad y reverencia.

Debido a lo anterior podemos tener un panorama un poco más rico y global de los principios de la pedagogía a la cual Charlotte Mason dedicó su vida y que no es más que la observación e investigación de principios. Así como es real la ley de la gravedad, también hay leyes y principios que gobiernan a los humanos y esto aplica también para el aprendizaje y la educación. Charlotte Mason los descubrió en el patrón de la investigación en tratados de educadores antiguos y contemporáneos de su época. También proyectándose hacia el panorama futuro que vendría después del auge de la ciencia y la tecnología y dedicando su vida a observar y poner estos principios en práctica en sus escuelas, hallándolos verdaderos y efectivos. Por lo cual no teme a enunciar que estas leyes naturales de la educación son también leyes divinas.

Y así, para concluir con la mención de los principios educativos de la filosofía educativa de Charlotte Mason, citaré el principio veinte, que dice: “no permitimos una separación entre la vida intelectual o secular y la vida espiritual.”

Todo lo que hay visible o invisible fue creado por Dios, quien en su providencia sigue guiando y sosteniendo todo. Así que, podemos entender que la educación no es un proceso mecánico que dura sólo unos cuantos años, después de los cuales consideremos que lo sabemos todo por haber recibido un papel, sino una parte de nosotros que nos acompaña de por vida, de principio a fin. En la escuela, según Charlotte Mason, recibimos el conocimiento suficiente que nos abra tantas puertas de interés como sea posible y donde se nos dan las herramientas para ser auto didactas (pues toda la educación es autoeducación, desde el momento que tenemos la disposición y el deseo de atender.) Entonces veremos que nos es dada la capacidad de asombro y de aprendizaje para relacionarnos con el creador y su obra y para estar enteramente preparados para toda buena obra.

Es así como vemos que los principios están interconectados (aunque no mencioné todos) y que se dirigen bajo la premisa de que la educación es la ciencia de las relaciones.

 
**Fuentes: Es una reflexión personal que toma su estructura del libro "In Vital Harmony, Charlotte
Mason y las leyes naturales de la educación," por Karen Glass (aunque no es exhaustiva.)También
contiene extractos que se refieren a distintos temas citados en la obra magistral de Charlotte
 Mason. 

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