“Enseñe a sus hijos el valor del tiempo y trate de hacerles aprender que lo usen bien. Si los ama de verdad, sea la ociosidad considerada un pecado en su familia”.
J.C. Ryle
Este libro sinceramente ha sido uno de mis favoritos. Aunque no es libro de teología, de educación en el hogar, ni de apologética, ni siquiera un clásico, sin embargo, es un libro muy fácil de entender para comenzar a renovar los hábitos que tenemos, y ya sea eliminarlos o comenzar a crear nuevos hábitos que nos ayudaran a tener una mejor calidad de vida, ya sea de salud física, mental o emocional, las relaciones sociales y mucho más. La raíz de muchos de nuestros problemas o fracasos es porque ponemos demasiados pretextos para conservar los malos hábitos que tenemos pues siempre hemos creído que para poder cambiar la única forma de lograrlo es hacer grandes cambios y nos desalentamos cuando fallamos y regresamos a las mismas actitudes o patrones de conducta que desean ser cambiados.
Como el titulo lo muestras, la palabra atómico nos dice que es algo muy pequeño, diminuto, sin embargo, es por eso que funciona, ya que tal vez no nos es fácil hacer grandes cambios pero todos somos capaces de comenzar con cosas pequeñas y poco a poco esos cambios o hábitos serán de gran impacto y si aprendemos a ser consistentes esos nuevos hábitos tendrán un impacto muy grande en nuestra vida.
Uno de los consejos dados por el autor es hecho de visionarnos como queremos ser e identificarnos con quien nos queremos convertir y por lo tanto comenzar a actuar en esa dirección. Otra razón por la que es recomendable en la creación de hábitos es que nuestro cerebro crea una parte donde automáticamente actuamos sin tener que hacer muchas decisiones, simplemente actuamos en base a un habito creado, por lo que nuestro cerebro es libre de sentirse menos abrumado en la ejecución o aprendizaje de cosas nuevas. Los hábitos son atajos mentales.
Otra parte menciona la importancia de no solo enfocarnos en la meta, sino también en el sistema y en lo que haremos para llegar a la meta esperada. Una de las razones por la que podemos enfocarnos en el sistema es porque nos ayudan a cambiar las creencias que tenemos de nosotros mismos.
Existen cuatro leyes del cambio de conducta que nos permiten comenzar con un habito:
- Señal
- Anhelo
- Respuesta
- Premio
Por otra parte, es importante reconocer que hay muchos hábitos que tenemos, cosas que hacemos, porque siempre lo hemos hecho así, nunca nos hemos detenido a pensar o preguntarnos si lo que hacemos es lo correcto.
Otra cosa que me llamo mucho la atención es el hecho de si bien es cierto que el autocontrol es importante, es una estrategia a corto plazo para nuevos hábitos, que no sirve a largo plazo. Es mejor cambiar un habito malo y remplazarlo por un habito bueno que solamente estarlo controlando.
Una forma de mantener la motivación para buenos hábitos es hacerlo atractivo, y podría ayudar el no desmotivarnos cuando fallamos, por lo que es mejor hacerlo de forma lenta pero constante.
El autor sugiere ponernos metas cortas, hasta que estas se hagan hábitos y podamos extender el tiempo en el que podemos por ejemplo hacer ejercicio, leer, por mencionar algunos. Y también el hacer obstáculos que nos dificulten realizar los hábitos que no nos ayudan al éxito. Está comprobado que desearemos hacerlo menos veces si nos cuesta más trabajo lograrlo.
Algo super interesante es que el autor menciona que hay talentos que la mayoría no tiene que ver con los genes sino con maximizar las posibilidades de escoger el campo correcto para alcanzar el éxito. Los hábitos son mas fáciles de realizarse, y de mantenerlos de forma satisfactoria, cuando se alinean con las inclinaciones naturales y nuestras habilidades.
Por esta razón debemos identificar nuestra personalidad y habilidad para poder saber donde podremos alcanzar mejores oportunidades y el éxito de estas. Por lo tanto debemos crear habitos que funcionan para nosotros personalmente.
Es importante mantener una buena actitud mientras nos enfocamos en dirigirnos hacia la meta que deseamos obtener. Hagámoslo fácil, muchas veces se escoge el habito “equivocado”, es porque se escogió algo muy difícil aunque el autor menciona que la forma de saber cual es el habito correcto que nos lleva al éxito muchas veces nos tomara tiempo, aunque pienso en este aspecto está hablando con relación al ámbito laboral.
En el Volumen I de Charlotte Mason podemos ver la importancia de la creación de buenos hábitos en la vida de los niños y como estos son fundamentales para una formación completa tanto interna como externa del niño, y me hace pensar la importancia de como adultos de tener buenos hábitos también, el modelar buenos hábitos a nuestros hijos y a los que nos rodean. Los buenos hábitos no solo deben beneficiarnos a nosotros mismos sino al medio que nos rodea. Nuestros hábitos determinan quienes somos, y seriamos hipócritas al imponer autoritariamente buenos hábitos en la vida de nuestros hijos cuando nosotros mismo no somos capaces de tener buenos y de mejorar existentes y eliminar aquellos que no sirven un propósito positivo ni honorable en nuestra vida.
Personalmente, me encanto el libro ya que presenta muchos ejemplos y diagramas de cosas prácticas que podemos hacer, nos invita a comenzar y ser activos a un mejor nivel de vida donde nuestra salud, nuestras relaciones y nuestro ambiente son beneficiados al mismo tiempo.
Por último, quiero compartir esta parte en relación a el habito del libro Ourselves de Charlotte Mason:
“El hábito va siempre sobre el mismo Terreno. El otro Demonio del Intelecto es el Hábito. Ahora bien, el Hábito, como sabéis, es, ya sea para el cuerpo o para la mente, un buen sirviente y un mal amo. Es cuando se le permite jugar al mal amo y anular el Intelecto que estropea y estrecha la vida. Bajo Habit, Intellect (p46) no puede decirse que sea perezoso; va bastante rápido, pero recorre el mismo terreno, día tras día, año tras año. El curso puede ser bueno y puede ser muy necesario seguirlo. El error es mantenerse siempre en el mismo camino trillado. Puede ser la ronda mecánica de lecciones, sin pensar de qué se trata. Puede ser el cuidado de la casa, los negocios, la caza, el tiro, vestir las cosas lo suficientemente bien a su manera; pero limitar el intelecto a ellos es como enganchar un caballo de carreras a una carretilla.
Mente magnánima. Es un error, quizás, pensar que, para hacer bien una cosa, debemos hacer y pensar en eso y nada más todo el tiempo. Es nuestro negocio saber todo lo que podamos y dedicar una parte de nuestras vidas a aumentar nuestro conocimiento de la Naturaleza y el Arte, de la Literatura y el Hombre, del Pasado y el Presente. Esa es una forma en la que nos convertimos en mejores personas, y cuanto más sea una persona, mejor hará cualquier trabajo especial que le corresponda. Tengamos, como Leonardo da Vinci, un espíritu ‘invariablemente real y magnánimo’. {p48}”