Citas para Recordar el Libro

Cuando comencé a ser intencional en mi cultivo materno a través de la lectura, visualice el desafío de recordar el contenido de cada libro. Inmediatamente ejercite una práctica que me ayuda a releer esas ideas que despiertan mi interés durante la lectura, que me inspiran o me conducen a recordar su contenido. En ocasiones, nos encontramos con libros que arrojan ideas consecutivas que invitan a la reflexión independiente de cada una, esto me ocurre cuando leo los volúmenes de Charlotte Mason, es como una erupción de ideas con alcance a distintos puntos a la distancia. 

Hay otras lecturas de fácil y rápida asimilación, pero aún con todo la memoria falla. Está práctica habitual, en la que involucro la escritura a mano, me permite recordar mejor y tener una experiencia más completa del libro. Durante mi lectura del libro La Madre en el Hogar, cada una de estas ideas me golpearon, pero no con el tipo de crueldad que te deja sin esperanza, por el contrario, me invitan a ver que hay posibilidades de cambio a mi alcance. 

Sé que muchas de nosotras nos embarcamos en el asunto serio que implica el matrimonio con muy pocos referentes del carácter virtuoso de la mujer, y con emoción asumimos la maternidad, pero aún con la Revelación Escritural de nuestro llamado y el tamaño de la responsabilidad que recae sobre la mujer que es madre, desconocemos esa serie de pautas y acciones que nos permitirían establecer un hogar feliz, dónde se practica la relación de orden: autoridad y obediencia, donde la Palabra de Dios permanece como una atmósfera que envuelve la vida familiar y donde los esfuerzos se dirigen hacia el cumplimiento del propósito eterno de Dios para el hombre (que incluye evidentemente a los hijos).

Porque Adán fue formado primero, después Eva; y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión. Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia. 1 Timoteo 2:13-15

Este pasaje nos deja ver una misericordia importante para la mujer que es madre, que engendra hijos habitando en la fe y perseverando en ella, nos habla de la santificación que puede rodearla en el contexto de la maternidad, y el peso que tiene esto para las siguientes generaciones, no quiero pecar de interpretar mal la escritura, pero es claro que la mujer que engendra hijos lo hace para perpetuar un legado, este legado traspasa los límites físicos de la madre, puede que jamás vea con sus propios ojos, como su influencia salvaguardo la conciencia alimentada con la verdad, y la memoria llena de agradables recuerdos del hogar en la mente de sus hijos. 

Leer este libro ha traído una mayor conciencia a mi vida, ha cultivado esos rincones vacíos en donde habían algún tipo de conocimiento, pero no la sabiduría para ponerlo en práctica. Alumbró mi ignorancia para abordar problemas de conducta reales que son el reflejo del corazón sin Cristo, me dió esperanza, motivándome al esfuerzo continuo y a la fe que espera con paciencia la cosecha, aún cuando está no sea visible para mi, saber que Dios bendice la obediencia es más que suficiente para animarme cada día a dar ese extra de bondad, de amabilidad, de paciencia, de amor, de caricias, de miradas dulces y palabras de afecto que conducen a Dios.

Hay algunas ideas potentes para mi en relación a cada aspecto tratado en el libro. 

Responsabilidad

No podemos excusarnos, no tendremos suplente más efectivo en esta tierra para ejercer influencia directa en la vida de los hijos. 

 

La influencia que se ejerce sobre la mente los primeros ocho o diez años de la existencia, determina, en gran medida, los destinos de esa mente a lo largo de la vida terrenal y de la eternidad. John S.C Abbott

Autoridad Materna

Ningún esfuerzo que la madre haga en el hogar tendrá peso sobre los hijos, si no establece con firmeza su autoridad y espera la obediencia inmediata de sus hijos. Estos elementos son indispensables para un gobierno familiar saludable.

El primer objetivo que tienes que buscar, es poner a tu hijo en perfecta sujeción. Acostúmbrale a acatar tu voluntad de inmediato y con gusto. Esto es obediencia, y resulta absolutamente esencial para el buen gobierno de la familia. John S.C. Abbott

Dificultades de la madre

Muchos pueden ser los motivos por los que una madre experimenta el fracaso al tratar de imponer su autoridad en el gobierno familiar. El autor nos da razón de dos principales obstáculos que impiden que la relación de autoridad y obediencia se establezcan, ofreciendo dos vías efectivas para conseguirlo.

Según lo que se ha dicho en este capítulo, parece que el dominio propio y la resolución son los dos requisitos indispensables para el gobierno de la familia. John S.C. Abbott

Errores y faltas.

Mucho aprendemos del error, y tal parece que al leerlos, tristemente nos da una fuerte impresión de estar siendo fieles reproductores de los mismos, por nuestra ignorancia, o nuestra falta de cuidado e incluso de fe para pedir sabiduría al que la proporciona con abundancia cuando la pedimos. Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Santiago 1:5

Es sin duda importante tenerlos en mente, y pedir ayuda divina para vivir concientemente cada día, reflexionando más allá del error, aquel pecado interior de la madre que nos conduce a incurrir en estas faltas. 

 

  1. No hables de tus hijos en su presencia.
  2. No hagas exhibición pública de los logros de tu hijo.
  3. No engañes a los niños.
  4. No estés continuamente encontrando faltas.
  5. Nunca castigues a un niño, inventando temores imaginarios.

Instrucción religiosa

El autor deja claro que la responsabilidad de instruir sobre religión a los niños corresponde a los padres, y es en el hogar donde tiene su comienzo, no en la escuelita dominical, una práctica muy común en nuestros días. Es en el hogar donde el niño recibe poderosas lecciones y enseñanzas con el ejemplo modelado de sus padres, no solo con palabras. Estos capítulos muestran la necesidad de ser íntegros, de presentar la religión desde nuestra propia vida, sin lo cual, es imposible inspirar la vida religiosa de nuestros hijos. Las pautas que ofrece dan sabia dirección para aplicar en el día a día. 

No te imagines que puedes ir por un camino, e inducir a tu hijo a caminar por otro. No basta con «indicar la senda que conduce al cielo», sino que tú mismo «has de marcar el camino».

Resultados

Entre muchas ideas poderosas en este capítulo, el autor nos recomienda realizar un diario en el cual registremos nuestras pautas de acción y desafíos en nuestra relación con nuestros hijos, apela a un conocimiento de su temperamento, y a ser observadoras y diligentes en registrar aquellos métodos de disciplina que utilizamos y los resultados que se han producido aplicando uno u otro método.  Nos propone un plan para realizarlo:

  1. Fíjate en los primeros atisbos de mal carácter en tu hijo y anota los resultados de los experimentos sencillos que emplees para apaciguarlo y derrotarlo.
  2. Apunta que cosas interesan especialmente a tu hijo, y describe como aprovechas la oportunidad de dar al niño una lección moral y religiosa, a partir de lo que le interesa. Explica el efecto y el resultado de esta enseñanza.
  3. Describe el método que sigues para asegurarte su obediencia. Enumera las dificultades que se te presentan y cómo las superarás.
  4. Describe el método que empleas para iniciar su formación religiosa, y que es lo que generalmente suscita un interés más fuerte en tu hijo.

 

El hábito de mantener este memorando también induce a la madre a considerar con mayor escrutinio sus propias motivaciones a la hora de actuar, y sus principios de gobierno familiar; a gobernar su propio corazón y su conducta y a cultivar mas ese espíritu que toda madre necesita, un espíritu de oración. John S.C. Abbott

Este material disponible para descarga, tiene algunas de las citas que seguramente impresas, te podrán permitir ir una y otra vez a esos apartados que te desafían a realizar cambios. Si recordamos que nuestro carácter es la suma de nuestros hábitos, tenemos un panorama de grandes posibilidades si comenzamos a hacer pequeños cambios pero constantes, este camino de la maternidad puede lucir como una gran oportunidad para perseverar en la fe, en el amor y en la santificación. 

Los hábitos no son lo único que influye en el éxito, pero quizá sea el factor más importante que está bajo nuestro control. Y la única estrategia de superación que tiene sentido es enfocarse en aquello que se puede controlar. James Clear

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