Cuando escuche de el hecho que un niño debiera hacer diarios de naturaleza, donde lo primordial era la observación, viene a mi mente el verso “ …viendo no ven…”
Al volver a recorrer en mi memoria aquellos lugares en que pase mi infancia, solo hay árboles en los parques, y me di con la tarea de volver por aquellos parques, hoy es una nueva presentación, parecen ser distintos, pero no son los mismos; son molles, son eucaliptos, que ahora observo y descubro, ahora esta en mi mente un cuadro distinto.
Pero una madre inspira, una madre que aprende, lleva consigo a sus hijos al deleite de observar, de descubrir los detalles que el Creador ha dejado para que lo conozcamos, tan diverso, tan detallista.
Un diario de naturaleza es un registro de lo que nosotros observamos de qué nos pareció tan interesante, no se observa para hacer un diario de naturaleza, muy al contrario es el resultado, es un cuaderno lleno de recuerdos de aprendizaje.
¿Cómo lo desarrollamos? las técnicas podemos aprenderlas y las herramientas son diversas, primero aprendamos a deleitarnos y como dice Charlotte Mason en el volumen 1 “…, el conocimiento de Dios es el principal conocimiento y el fin principal de la educación” no debemos perder de vista el objetivo principal que nos conlleva a esta actividad.
“Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos” Mateo 19:14
Este verso también me lleva a pensar que debo acercar a mis hijos a la creación, que la observen, que se admiren, y por sobre todo que conozcan al creador.
En el volumen 1 se menciona el cómo ver, los usos educativos de reconocimiento de lugares y la observación inteligente.
¿Y cómo lo hago? si no vivo en el campo y los parques cercanos son mas lugares de juegos y poca naturaleza, es una meta tan alta pero no imposible, por la mañana al silencio del amanecer si pones atención podrás escuchar el trino de algún ave, o veras los colores del cielo, que van cambiando, por aquí en invierno hay lloviznas y la humedad es alta que la neblina cubre los cielos. Aprendamos a observar dentro de nuestro entorno, la luz de mañana, lo oscuro de la noche y el brillo de las estrellas, los colores y tamaños distintos que se visualizan de la luna alrededor del año, los sonidos del viento y la ausencia de este.
Evocar recuerdos que llamaron mi atención ahora hacen conexión como aquella vez que realmente quede sorprendida al ver crecer una pequeña planta de tomate en un espacio tan pequeño y alrededor de tanto cemento ,ya se veían dos tomatitos, y es que él es Creador, su sello en la creación es innegable.
Cada principio será distinto para cada familia, cada una escribirá en su memoria y en sus libretas los primeros acercamientos a la naturaleza, a la creación de Dios. Y aprendemos cada uno de manera distinta pero tan significativa.
Nuestra tarea es ahora saber qué pájaros llegan a nuestra casa, cuál es su trino, cuáles son los mismos, se han generado tantas dudas al observar. Nuestro cerebro empieza a trabajar, empieza a poner atención.
Nitza de Pérez