En un principio no sé porqué creí que era un manual para hacer un diario de naturaleza, de la forma en que por varios años acostumbré a ver manuales, con estructura, pasos, descripción de actividades, pero, tal cual, es el diario de Susan Fenimore Cooper.
Siendo sincera en un principio sentí un poco de decepción, pues justo he tenido interés en saber cómo explorar la naturaleza. Conforme iba leyendo caí en cuenta que este es un Libro Vivo, un libro que verdaderamente me puede inspirar a apreciar la naturaleza. Las descripciones son muy detalladas y coherentes, lo que permite que, aunque no sea el ambiente en el que vivo, pueda hacer imágenes mentales y me cause la sensación de que lo estoy viviendo con ella.
Sobre el nivel de observación de la autora, es impresionante cómo describe un ave pequeña y cuáles son sus costumbres, los tipos de árboles y sus hojas y cómo son en cada época del año, y bueno, todo acerca de la flora y la fauna. Para llegar a este detalle es evidente que requiere un nivel de atención muy alto, todo esto, no es otra cosa que muchos años de práctica, hábitos de estar en contacto con la naturaleza, como se puede ver en las fechas del libro, casi a diario.
Además de inspirarme a ser más observadora, me hizo recordar los tiempos de mi niñez. Crecí en un pequeño poblado y una de las cosas que recuerdo que más me gustaba hacer, era ir al terreno baldío que estaba atrás de la casa donde vivíamos, que daba directamente al río del pueblo. Era sorprendente ver los árboles y la vegetación que crece a orillas del Río, todavía tengo esas imágenes en mi mente, desafortunadamente no pude desarrollar un hábito de observación y mucho menos elaborar descripciones de lo que veía, simplemente para mis padres representaba peligro ir al terreno de al lado y mucho más, acercarme al río, por lo que eran muy contadas las veces al año en las que iba, pero en verdad, son de los recuerdos más bonitos que tengo.
Como ya lo hemos visto en la filosofía educativa de Charlotte Masson, es a través de la experiencia en la naturaleza que se aprende de ella y solo por medio de la experiencia surge la apreciación y amor por la investigación. Puedo leer en el libro “Diario rural” el deleite de la autora hacia la naturaleza, mismo que me ha inspirado a salir más con mis hijas, ser más observadora y a hacer descripciones de lo que veo, agradecer a Dios por Su creación, ser una fuente auténtica de inspiración para mis hijas como lo fue el padre de Susan para ella.