Reflexión

Este libro me hizo ampliar mi panorama sobre lo que está pasando actualmente en nuestra sociedad, describe lo que hoy estamos viviendo, cómo la falta de fe y de valores es una crisis más fuerte que la crisis económica como lo menciona el autor. Es tiempo de hablar la verdad con valor porque en este mundo donde todo es relativo necesitamos ser sal como nos enseña la Palabra de Dios

 Ustedes son la sal de este mundo. Pero si la sal deja de estar salada, ¿cómo podrá recobrar su sabor? Ya no sirve para nada, así que se la tira a la calle y la gente la pisotea. Mateo 5;13 

Vemos de manera urgente informarnos sobre estos temas ideológicos que hoy sacuden a nuestra sociedad y este libro es ideal para hacerlo.

Otro punto que esta lectura me hizo reflexionar fue que como cristianos seremos perseguidos por nuestra manera de vivir y de pensar ya que al mundo le resultará raro nuestra manera piadosa de vivir, es tiempo de permanecer firmes en nuestra fe y seguir sembrando en la vida de nuestros hijos y de los que tenemos a nuestro alrededor, animándolos a perseverar porque el día del Señor esta cerca. 

Uno de tantos puntos que menciona el libro es el feminismo que tanto daño ha hecho a las familias una mujer que se queda en casa a servir a su familia es como estar en una cárcel, cuándo es todo lo contrario pero vamos contra corriente. En medio de tantas ideologías debemos aferrarnos a la Palabra de Dios que es nuestra lámpara que alumbra nuestro camino, porque podemos abrazar esas ideas sutilmente si no estamos en la Palabra de Dios alimentándonos cada día de ella, viviéndola y compartiéndola. 

Este libro me reta a vivir mi fe de manera real dando testimonio de nuestro Señor Jesucristo como El único que es el camino, la verdad y la vida Juan 14;6 en medio de tanta mentira y a orar por aquellos que viven engañados por este tipo de ideologías que te apartan de Dios y te hacen vivir en el error. Tenemos esperanza en Cristo!! podríamos desanimarnos o vivir con miedo en estos tiempos que nos han tocado vivir pero tenemos que decir como decía el salmista:

¿Por qué voy a desanimarme? ¿Por qué voy a estar preocupado? Mi esperanza he puesto en Dios, a quien todavía seguiré alabando. ¡Él es mi Dios y Salvador! Salmo 43:5

Elizabeth Zimbrón

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