Nuestros hijos y la disciplina bíblica

Es cierto que las corrientes de pensamiento cambian de continuo, viejas ideas son abandonadas y nuevas llegan para implantarse en la cultura, se convierten en modas que pronto terminan siendo cuestionadas hasta que un pensamiento nuevo cobra mayor valor. Esto se convierte sigilosamente en parte del sistema, nos habituamos a creencias, nos apegamos a ideas, de manera que, reconocer lo superfluo de lo eterno, los absolutos morales de las afinidades personales deben formar parte de nuestros esfuerzos diarios por resistir la dura corriente que empuja hacia la subjetividad y el abandono de las verdades universales de Dios.